Para lograr una erección, el pene necesita una entrada de sangre suficiente, una reducción de la salida de sangre, el funcionamiento adecuado de los nervios que entran y salen del pene, una cantidad adecuada de hormona sexual masculina testosterona y el estímulo sexual suficiente (libido), por lo que un trastorno de cualquiera de estos sistemas puede dar lugar a disfunción eréctil.